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mundo grúa

teoría

(escuchando weezzer, green album)

el mentiroso, si actúa solo, tiene muchas posibilidades de continuar haciéndolo. porque la mentira queda acotada a un espacio cerrado, que es el propio espacio del mentiroso, y así continúa hasta que él mismo se traiciona, si es que lo hace (y casi nunca lo hace). con este tipo de engaños, el mentiroso, y sólo él, vivirá cómodamente durante toda la vida, ya que puede lucrarse lo suficiente para permanecer en un estatus social y económico que le satisfaga. pero, cuidado, el poder llama al poder y, en casi todos los casos estudiados, corrompe. así, y el mentiroso necesita expandir su campo de acción, compartir el beneficio para que éste, con la aparición de nuevos socios mentirosos, se multiplique por sí mismo varias veces. según la norma (libro de reglas del mentiroso lucrativo del cuál se desconoce el origen real, aunque se sabe que se gestó en Italia y se extendió por todo el Mediterráneo) uno puede mentir hasta diez, pero para mentir hasta cien, hacen falta por lo menos cuatro individuos. con semejante premisa, que eleva los beneficios exponencialmente, no es de extrañar que el mentiroso lucrativo (casi) siempre termine por asociarse con otros, ya sean mentirosos profesionales o simples aprendices. y ahí es dónde está el verdadero reto. porque las grandes mentiras del mundo (o de la comunidad autónoma) perpetradas por más de un individuo o individua siempre han terminado por salir a la luz en uno u otro momento. siempre hay alguno de esos principiantes que comete un error, que termina explicando con pelos y señales toda la trama a cambio de un trato de favor. en cambio, aquellas mentiras trazadas con total impunidad con un solo individuo. vamos, que a todo cerdo le llega su San Martín. aunque acuse a la Guardia Civil de su propia condición.

yo quiero matar, robar y ser respetado. Leandro Firmino, ciudad de Dios.

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