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microcuentos

historia de amor

(escuchando radio 3, hoy empieza todo)

una mañana, hace meses, el pueblo amaneció lleno de pintadas. te amo Mary. en las señales de tráfico, en las paredes de solares, en muros de casas inacabadas desde hace años, en los tristes buzones de correo y en los paneles de dirección. te amo Mary. eran pintadas hechas con esprai, en color negro, de dos tamaños: los largos, que incluían todas las letras de la declaración, y los cortos, que sustituían la primera persona del presente de indicativo del verbo amar por un corazón sólido. de trazo rápido pero certero, con la emoción del que sabe que será efectivo. las manos que sujetaban el bote tenían plena conciencia de lo que hacían. no se trataba de algo estético, de hecho, no había ninguna estética en las pintadas, ni de algo político, ni reivindicativo, ni siquiera parecían esperar nada a cambio. simplemente, dejaba constancia de un mensaje que gritaba a los cuatro vientos su amor por Mary, sin importar las consecuencias, legales o emocionales de la población, tal vez ni siquiera de la diana de su amor. a la mañana siguiente, los mensajes seguían ahí. y a la siguiente, a la siguiente y tres meses después. a principios de año, cuando el pueblo ha estaba más que acostumbrado a las pintadas, ahora ya descoloridas y dormidas o muertas de pena, en el asfalto, frente a una de las casas recién reformadas, apareció un nuevo capítulo. te amo. quieres casarte conmigo? el mensaje estaba decorado con un corazón a cada lado, igual que los que representaban el amor en los anteriores. esta vez, el color elegido había sido el blanco, para contrastar con el asfalto. la relación había avanzado, no cabía ninguna duda, y ahora uno de sus integrantes había decidido que había que dar el paso que les llevaría a firmar en el libro en el que le dicen al estado que esto de estar juntos es en serio, y luego celebran con aquellos que consideren, seres queridos o no, que han encontrado el cachito que les faltaba y que piensan estar con él el resto de su vida. la respuesta llegó, como pasa en los mejores seriales, en forma de coche decorado con flores aparcado en la puerta, justo sobre el mensaje de proposición, que ya había perdido la intensidad del primer día, pero, a juzgar por lo que estaba a punto de suceder aquella tarde de sábado hacia las cuatro de la tarde, no por ello había dejado de ser efectivo. y lo próximo?, pensaron en el pueblo. qué ocurrirá ahora? le preguntará por un nombre de niño o niña en concreto? por el momento, esta mañana, han vuelto a aparecer algunas pintadas. no tantas como la primera vez, pero sí en lugares estratégicos. de nuevo, te amo Mary. una de dos, o se han peleado y es necesaria una reconciliación? querrá expresar de nuevo el amor por amor? habrá que proponer en el ayuntamiento que pongan una pared para mensajes, porque, si cada vez que se pelean o son felices, el pueblo se va a llenar de pintadas, estamos apañados. aunque igual si le apuntamos a un curso de tipografía y composición gráfica, se puede incluir el pueblo en alguna guía turística, no? vengan a ver el pueblo del amor, donde todo es posible. incluso promocionarlo como plató para comedias románticas. pero recuerden que la idea se me ocurrió a mí, de acuerdo? que la crisis nos tiene torturados.

hola amor. Joseph Gordon-Levitt, 500 días juntos.

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