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cardiología

celebración

(escuchando pearl jam, no code)

este experimento buongiornil empezó el ocho de marzo de dos mil cuatro. de eso hace ya un montón de historias, emociones, críticas y líneas espontáneas. concretamente mil. unas mejores y otras muy malas, pero siempre con la esperanza de que hayan disfrutado de algunas de ellas sólo una décima parte de lo que yo he hecho yo. con eso me conformo. y, como todos los aniversarios, hay que celebrarlo. y qué mejor manera para hacerlo que contándoles algo como esto.

vuela. una vez al menos. siente como tus pies se levantan varios centímetros del suelo. deja de tener conciencia de lo que eres o de quién eres, de dónde estás y de cuáles son tus circunstancias, para únicamente sentir. deja que todo tu cuerpo se convierta en emoción. pura, incontrolable, sabrosa, impensable, desbordante. deja que te suceda. de la manera que sea. a ellos les pasó la madrugada del lunes al martes. Margarita avisó por la noche, pero quiso llegar al alba. llegó con el frío, con las primeras nieves sobre la montaña, con los pies helados en la carretera, con el final de un año y el principio del siguiente. sobre el pecho de su madre, sintió un calor familiar pero extraño a la vez. estaba en el mundo, un lugar del que tenía que aprenderlo todo. las voces que hasta ayer estaban amortiguadas por líquido, piel y órganos, ahora estaban ahí, eran claras y cercanas. a su alrededor, figuras que tenían rostro y piel, y sonrisas y lágrimas, y gestos nerviosos y con cuidado. le costó llegar. su cuerpo no tenía la fuerza suficiente para moverse más allá de la que había sido su cálida cama durante nueve meses. pero la fuerza física no es tan importante cuando se trata de esfuerzos más allá de los diarios. salir era dar el primer paso. a partir de ahora, uno tras otro, sin parar, continuará andando, de la mano de los que serán su sombra, su cobijo y sus maestros. el resto, los que estamos alrededor y miramos con ojos curiosos, la acompañaremos en sus aventuras y en emociones, contentos de formar parte de la mejor de las historias, la suya. enhorabuena Joan Lluís i Nani.

– por qué haces eso, hijo?
– porque estoy feliz, papá.

Warren Colleman & John Collee, happy feet.

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