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mundo grúa

callados

(escuchando Jack White, blunderbuss)

les oigo hablar y me callo. porque es mejor que, si no preguntan, no decir en según qué situaciones. incluso si preguntan. que no está la economía doméstica para subir la temperatura del horno, que te echen de la cocina y te quedes sin bollos. o sin pan, que es peor. pero esto no es de ahora. hace algo más de medio siglo nadie hablaba distinto en estas islas y en otros pueblos galos si no era en su casa y muy bajito. y, a veces, ni eso. luego dijeron que sí, que se podían compartir ideas, incluso contrapuestas. pero ahora no. ahora argumentan que, por nuestro propio bien, ya no se va a poder. que si vistes de verde, te ponen falta, que si no hablas con las palabras que tocan y en el idioma que toca, te ponen falta, que si dicen en casa aprendí algo, te ponen falta, que si llevas un lazo en la ropa de cualquier color que no sea azul, te ponen falta, que si no te gustan los toros, te ponen falta, que si eres zurdo, te ponen falta, que si faltas, te ponen falta, que si tienes ideas, te ponen falta, que si usas las cacerolas para algo que no sea cocinar, te ponen falta, que si abrazas a los niños, te ponen falta, que si les enseñas la palabra no, te ponen falta, que si sonríes demasiado, te ponen falta, que si haces tu trabajo sin corsé, te ponen falta, que si respiras algo que no sea el aire que mueven las gaviotas al batir sus alas, te ponen falta. y, a las tres faltas, a la calle y a la cola. dicen todo eso por ley y con el respaldo de los cuerpos de seguridad de las islas como único gasto que aumenta en sus números. o sea, con las porras en la mano. y el cine cuesta siete euros y medio. y cállese, señor, que esto es culpa suya. menos mal que luego pasa el tiempo y sólo hacen falta cinco años para que ellos y ellas puedan considerarse libres a la hora de decir que se quieren y que quieren pasar el resto de sus vidas juntos y tener hijos y ser familia legalmente. aunque puede que, con el trabajo que están dando a los que escriben en el cuaderno de las normas (quién ha dicho que no se genera empleo?), harán falta algunas décadas para que puedan y podamos decir, vestidos de verde y con una cacerola en la mano, váyanse ustedes a tomar los aires al vertedero, que ahora está lleno, también por ley, de basura alemana. y austríaca y suiza y de otros países que nos la traen en barco (en avión vienen los turistas), no vayan a pensar que somos racistas.

es muy fácil perder puntos, porque hay hambre. Roberto Begnini, la vida es bella.

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